¡Nuevo relato-colmena! ¡Nuevo vídeo imprescindible! ¡Nueva encuesta! ¡Nueva galería de iconos! ¡Nuevo perfil! ¡Cumplimos un añito y estamos que nos salimos! Compartir este cuervorincón con Uds. es todo un regalo para nosotros.
Además, si todo va bien, próximamente se abrirá la posibilidad de incorporar al blog relatos de gerentes en el exilio (Ustedes). ¿El espíritu de Cuervolandia enturbia sus sueños? ¿Cree que tiene algo que contar en la línea a la que les hemos malacostumbrado? Pues pronto abordaremos el tema debidamente. Pero tampoco vayan a temer por una posible escasez de ideas... Les garantizamos que aún queda mucho parque por explorar.
- ¿Habéis oído la tercera sinfonía de Sibelius?, el cuarto movimiento es sencillamente transgresor, deberíamos comprar los derechos e intentar comercializarla como politono de teléfonos móviles.
-No, no empecemos como el año pasado, ya hemos comercializado doce acordes del Opus 84 de Mahler como bocina de coches tuneados y no ha salido nada bien... Ya leíste el informe de Cubero.
-¿Quién nos iba a decir que este año se iba a llevar Bela Bartok? Pero la idea era buena, que conste.
-Tenemos que hacer castings para el nuevo fakir mientras Pashnavi está de baja, o buscar algún otro número menos peligroso, quizá un lanzador de hortalizas... Ya lo veo, ¡¡¡rábanos!!
Todos murmuraron admiradas aprobaciones......
- Bueno, ¿tenéis pensada alguna idea para hacer el especial aniversario?
- A mí me gustó el discurso del año pasado, lo mismo cuela... Ya sabes, la gente con el tiempo se suele olvidar de las cosas.
- ¿Pero qué te crees, que nuestros clientes tragan con lo que sea? Déjate de rollos y les ponemos el de hace dos años.
- En cualquier caso, este año tenemos que ir a por todas. A todo esto, ya he pasado al departamento de desarrollo multimedia el encargo del nuevo arcipreste. Ya conocéis mi opinión sobre los intentos de injerencias eclesiásticas en el diseño de los cuervoproductos, pero creo que este no es el caso...
- El nuevo arcipreste nunca lo haría. Es un tipo muy claro a la hora de establecer condiciones.
- Además, el otro día insinuó su intención de organizar las semanas de formación para su equipo de catequistas en el cuervo-hotel. Puede ser un gran cliente.
- Está claro. Yo por si acaso le he dado línea directa con Oswaldo Salvadórez, el jefe de desarrollo multimedia, para que le transmita exactamente lo que quiere...
Todos volvieron a murmurar admiradas aprobaciones...... Pero entre las sombras de las herrumbrosas atracciones, una figura agazapada tras un cuervo de corchopán acecha en silencio, esperando el momento de darse a conocer. Ha sido paciente mucho tiempo, viendo cómo un grupo de genios visionarios hacían realidad su sueño. Ha visto crecer el parque desde que se puso la primera piedra, y lleva tanto tiempo en él, conviviendo con la esencia pura del parque, alimentándose de restos de cuervoñigos y botes semivacíos de cuervofrutas abandonados por los visitantes, que ya no recuerda su pasado en el desierto de los Monegros sin recorrer sus instalaciones en la noche. Hechizado por su magnificencia, bailando a la luz de las estrellas y las casi fundidas luces de seguridad... El parque crea criaturas que la conciencia de los seres diurnos no puede concebir. Pronto, muy pronto, llegará el momento de revelarse.
Mientras tanto, al otro lado del parque, en el departamento de desarrollo multimedia, una voz habla diligente por teléfono:
- Sí señor arcipreste, cómo no señor arcipreste, es pan comido, señor arcipreste... ya tengo a los creativos de sonido introduciendo los arreglos casiotone justo al final del aria... Sí, sí, justo cuando la soprano ensalza el vino que escurre por las barbas de Abraham... No se preocupe, déjelo de nuestras manos. Buenas noches, señor arcipreste.
Tras colgar el teléfono, pega un sorbo a su taza en forma de torre de Pisa. Es un tanto incómodo beber en una taza inclinada, pero tiene tanto encanto... tan solo hay que tratar de que no se vierta ni una gota del delicioso elixir de zarzaparrilla. Imbuido en la degustación durante unos instantes, casi olvida que han llamado a la puerta de su despacho mientras hablaba por teléfono.
- Pase, por favor.
- Señor Salvadórez, lo hemos logrado. Tenemos finalizado el proyecto. Y las primeras pruebas son un éxito: "Petanca para Play Station 3" es una realidad.
- Buen trabajo, Programador. Estoy orgulloso de usted y de su equipo. Ahora mismo llamo a la gerencia para comunicarles que lo hemos vuelto a lograr.
Salvadórez se congratula mentalmente y hace amago de coger el teléfono, pero su visión periférica le indica que la triste figurilla del Programador jefe sigue ahí, exactamente en el mismo sitio en que se desentendió de ella hace ya 4 segundos. Toca sonrisa forzada.
- ¿Algo más...?
- Mmm. Ggg.
- ¿Sí? -Si Salvadórez hubiera podido dar a su fina sonrisa tan solo un ángulo más de amplitud, se le hubiera descorsetado la piel de la cara por completo.
- Mmmasí es, otro éxito, pero... Es que ya no hay retos. Quiero decir, es otro triunfo más que añadir a una larga lista... Como que demasiado larga ya, ¿verdad? Con su abultado y monótono beneficio económico... ¿sabe lo que quiero decir?
El Sr. Salvadórez guarda silencio durante un instante, frunce los labios, vuelve a sonreír y con expresión suplicante contesta:
- No.
- Mire, déjelo, ¿vale? Quiero decir que da igual, ¿vale? Si hay que seguir haciendo esto, se hace... ¿Entiende lo que quiero decir, no?
La puerta se cierra y Salvadórez traga saliva. ¿De qué se supone que iba esto? ¿Tenía algo de lo que quejarse el jipillo pálido de barbita y pantalones colgones este? ¿Quiere más pasta el tío o qué? ¿Qué problema tiene la tripa que se le ha roto? “Puto friki, hombre por Dios. Si tiene la mesa del ordenador llena de gusanitos y tebeos chinos de esos de rol”.
Acto seguido, coge el teléfono y acciona compulsivamente el mecanismo de colgado.
- ¿Operadora? ¡Operadora! Con Gerencia. Nononono, no puedo esperar. Esto es algo para anteayer.
Mientras maldice el brevísimo fragmento musical de György Ligeti que metálica e incesantemente se repite durante su espera, su mandíbula se tensa al posar la vista sobre la torre de Pisa derrumbada sobre el suelo, a su lado: se le ha roto un trocito del borde superior.
La puerta se cierra, y en el exterior el Programador jefe escupe hacia el jardín. “Este fulano no se entera. Creamos maravilla tras maravilla sin parar, pero tanto éxito y tanto buen rollo ya aburren, no nos llenan ni a mí ni a mi equipo. ¿Petanca para la PS3? ¡Ja! ¿Cuándo nos encargarán algún trabajo realmente rompedor? Por ejemplo, si quisieran podríamos desarrollar el “Gua Wii Royal Championship”, pero nooooo. Eso no, no lo aprobarían jamás, claro. Es demasiado comercial, dirían. No es nuestro público, dirían”.
- Ggg. ¡Pues yo digo que me peto en sus gustos de marronazo! -aulló, explotando en lágrimas.
Sin embargo, parece que este osado desafío lanzado al silencio nocturno no es escuchado por nadie. ¿Por nadie? ¡No! La torturada figura que espía ladinamente desde la penumbra de los ángulos muertos de Cuervolandia, emitiendo un casi inaudible gemido al respirar, gorgotea de placer cuando piensa que al fin ha encontrado un ente insatisfecho de alguna manera con el parque (el primero en toda su historia), y que podrá utilizar su creciente rencor para tomar dulce posesión de una mente y un cuerpo algo menos débiles que los actuales. Además, utilizando la influencia que ese niñato rico ostenta en el organigrama del parque, logrará hacer de Cuervolandia en poco tiempo algo mucho más perfecto, hipnótico y obsesionante. “Nadie debería de seguir creciendo tras conocer Cuervolandia. Nadie debería dejar de perderse en sus avenidas y callejuelas gitanas. Nadie debería volver a salir nunca de la pachorra de su empalagoso hechizo. Todos me acompañarán en mi dulce condena... y jamás volveré a sentirme sola”. Sus manos enmitonadas y temblorosas -no sabría decir si de angustia o rabia- enjugan las lágrimas que resbalan desde unos ojillos sucios y oblicuos.
- Debo hablar urgentemente con el Sr. Arcipreste -se dirigió a Secretaría un hombre maduro y algo fondón de paso decidido.
- Lamento comunicarle que va a resultar de todo punto imposible -respondió desde detrás del mostrador una niña de mirada vivaz mientras desenvolvía un Burmar Flax-. Le insto, por otro lado, a que no desista y reitere su petición a las 13:30 horas de la próxima jornada.
- Mira, nena, no tengo tiempo para tont...
- Martes a las 17:15 horas -tachó y corrigió en una libretilla.
- Vamos a ver, ¿eh? Yo es que soy el concejal en jefe de la viceportavocía primera del...
- Miércoles a las 9:45 horas -concluyó seca y desafiante, arrancando un papel de la libreta y exhibiendo malhumorada su golosina.
- De acuerdo -espetó secamente el concejal en jefe de la viceportavocía primera del... -. De acuerdo.
Ella observó complacida cómo el hombre se sonrojaba para desaparecer por la puerta principal y, colocando la barra helada en el lapicero de las Bratz que tenía a su lado, contestó el teléfono por enésima vez ese día con un tonillo casi automático:
- Secretaría arciprestal, ¿digamé? No, por el momento solo es posible rellenar la instancia para solicitar audiencia. Ah, no, no es nuestra política enviarla, pero podrá acercarse a la Secretaría para su cumplimentación. Así es, últimamente se encuentra aún más ocupado de lo habitual. Sí... Claro, claro... Mañana a partir de las... 16:45 horas.
Por su parte, el arcipreste quería dejar claro que con él las cosas no iban a ser como con el calzonazos de su predecesor. Era mejor ir dejando todo y a todos en su sitio desde ya: que fueran captando la onda y acostumbrándose a las revolucionarias novedades que pretendía -e iba, con la ayuda de Dios- a implementar.
Para empezar, planeaba que la nueva hornada de catequistas, la primera de su cosecha, desarrollase sus aptitudes en el aislamiento del cuervohotel ubicado en medio del desierto.
Durante varias semanas, se encargaría personalmente de nutrir sus cerebros vírgenes con las enseñanzas necesarias para desarrollar en el futuro próximo sus labores del modo en que debe hacerse, y no como el arcipreste anterior, que “ni hacía ni deshacía ni pinchaba ni cortaba. ¡Un hombre sin personalidad, sin garra, sin secretaria!. Una pena” -negaba con la cabeza en la soledad de su habitáculo, lamentándose.
Cuando se irritaba así, se le daba por hablar solo, hasta el punto de que muchas veces la secretaria no pasaba por temor a interrumpir alguna conversación.
- Pero tiene buena pinta este catálogo del... ¿cómo se llama? Cuervolandia... Puede que la suite “Chorros de oro de Alsacia y Lorena” fuese un lugar al cual pudiéramos adaptarnos para iniciar las charlas con un cierto aquel de seriedad, de decencia... Sssí, ¡decidido!
¡Bzzzzz! El arcipreste pulsó, contrariado, un botón del aparatito que acababa de zumbar sobre su mesa.
- ¡AMP!
- SPC. ¿Tendría hoy a última hora de la tarde un momentito para recibir al Padre Josefo, 89 años, misionero en la Antártida, que se encuentra por aquí de paso con motivo de una peregrinación y que le tributa rendida admiración? Le sangran las rodillas -Ahora se notaba que estaba mascando un chicle.
- Athanasía... ¡¿Es que no ve que estoy ocupado?!
Volvió a apretar el botón con brusquedad y se mordió el dedo índice de la mano derecha, permaneciendo inmóvil y en silencio un buen rato.
- ¡Nadie se da cuenta de que estoy ocupado! -sollozó-.
Feliz aniversario, amada Gerencia nononono!!!
ResponderEliminarQué buena digestión me está deparando su recién leído relato mixto (de jamón y queso sobre lecho de nocilla) en esta incierta tarde de domingo...
Un añito de gerencia, pero... quien es la extraña criatura que acecha en la oscuridad del parque? Por qué no hemos sabido de ella hasta ahora? Va a suponer una amenaza para cuervolandia?
ResponderEliminar¡Que alegría!, ¡que alboroto! ¿Habrá fiesta? Siempre soñé con coger una buena borrachera (o lo que haga falta) rodeada de cuervos (negros y blancos) ¿Estaré invitada verdad? Por cierto, como odio con todo mi ser a alguno de esos asquerosos personajes. Me entran ganas de pegarle un bocao al pobre TFT.
ResponderEliminar¡yujuuuuu! (si, me he levantao rarita)
Muackis en los morros a los gerentes.
FELICIDADES!!!!
ResponderEliminarY que sea por muchos años más llenos de creatividad y buen hacer, que es lo que siempre me trae hasta este refugio!
Besototessss
Los cuervos graznarán de nuevo
ResponderEliminaren el feliz aniversario.
En sus nidos se abrirán los huevos
y de sus plumas tejeremos sudarios.
Marcado día en el calendario,
por siempre se acabó el ayuno,
que nadie se vuelva sedentario
que no se entristezca ninguno
Vaya panda de llorones están hechos algunos en cuervolandia... si es que, no aguantan pizca de presión!!!
ResponderEliminarPor cierto, sin su permiso, señores gerentes, les cogí prestado un miembro de su comunidad.
ResponderEliminarEs ese cuervo blanco tan bello y elegante y que tan magestuósamente vuela por los cielos de cuervolandia.
No se si lo vieron pasar por el cielo rosanaranja de mi relato, mi primer relato, y les doy las gracias, porque hizo un trabajo excelente, como no podía ser menos. Además, que buen contraste de imágenes logró el condenado pajarraco.
Gracias, maestros!! :) (y besos)
Elmaquinista: Sisisisisí, parece cada vez más comprobado que Cuervolandia produce un efecto digestónico y emoliente en los bolos alimenticios de las tardes de domingo... Algo parecido a esos Estrenos TV que se empiezan a ver aun cuando ya han comenzado (como si eso importase) y, aunque uno quiere ver la peli, se va quedando, se va quedando...
ResponderEliminarDe la mano de nuestro cuervochef, permítame recomendarle otras combinaciones gastronómicas que nunca fallan: queso con tomate, castañas asadas con chocolate e higos rellenos de nueces.
Amigoimaginario: ¿Quién, cómo por qué? ¿En cuál de todos los canales darán el debate de los políticos? No son cuestiones baladíes, se trata del fiucha de Cuervolandia, pero hay un rojizo y turbio velo sobre el futuro que no nos permite ver con claridad... todavía.
Diáfana: Dicen que si los personajes pican, es bueno porque significa que cura. Y ya se imagina Ud. que entre los cuervos -que le dan a lo primero- y el arcipreste -que le da a lo segundo-, pues vamos bien servidos. Nos halaga que las criaturas de Cuervolandia pisen con fuerza en su lúcida mente.
Todos los cuervos del parque, albinos o negros como cucarachas, estarán encantados de bailar surrealistamente alrededor de Usted, pero solo si es en sentido contrario a la rotación de su cuerpo. Esta es la única condición que imponen y espero que no suponga un impedimento, porque me encantará observar la escena a través de las cámaras de circuito cerrado.
Por lo demás, sigue estando permanentemente invitada a todas las fiestas del complejo, no lo dude.
Muack, muack, muack y muack. ¡Eh! ¿¡Quién ha repetido beso!?
Tumejoramig@: Gracias mil por el sincero deseo de aniversario. Aunque solo cumpliésemos un mes más, merecerá la pena si nos sigues teniendo en cuenta como hasta ahora.
Abrazos y besotes gerenciales por triplicado :)
Ojitos: Hace Ud. blanco con sus rimas, porque nos encantan y son muy bien recibidas. De hecho, nos consta que nuestro gerente más versado en métrica y sinalefas está preparando una cuervopoesía navideña que pronto podrán leer.
Emplazamos sus ojitos a esa cita obligada. Hasta entonces, tejeremos plumas para hacer sudarios como novedoso y genial producto de merchandising cuervolandés.
Jefelatigodeseccion: Tiene toda la razón. Algún empleado se rebota y peta para dejarse caer en la más marrón de las frustraciones. Esto no puede seguir así. Lástima que en esa escena concreta de la historia ningún gerente estuviese mirando, pero a la que nos enteremos ya verá usted. Pico y pala y menos tontería es lo que hace falta aquí pa levantar el país, hombrepordios.
Diáfana (bis): No estaba aún al corriente de lo que cuenta, pero no es de extrañar, porque los cuervos albinos son aves migratorias y transitan de blog en blog con cierta facilidad. Nos alegra saber que llegó a anidar en un clima tan cálido como el que ofrece su diario diáfano, y pasamos a buscar sin tardanza las huellas que haya podido dejar en su casa.
¿A quién no le gustaría volar por un cielo rosanaranja? Pues gracias a gente como usted, tal cosa es posible. (No es tonto el pajarraco, como aquí casi siempre está nublado...)
Por cierto, como este relato es compartido, no me extrañaría que otros gerentes se pasasen por aquí con más razón todavía que en ocasiones anteriores... :)
ResponderEliminarPerdónenme, Señores Gerentes, por utilizar la popularidad de su complejo para dar publicidad a una noticia que me tiene acongojada y con una mala hostia de la que no se quita fácilmente
ResponderEliminarGuillermo Vargas Habacuc es un costarricense que dice ser artista. El pasado mes de agosto hizo una exposición en una galería de Managua (Nicaragua); cazó a un perro callejero, lo ató con una corta cuerda a una de las paredes del local y lo dejó morir de hambre y sed. Según él, ese acto de cobarde sadismo es arte. Ahora este torturador ha sido invitado a participar en 2008 en la prestigiosa Bienal Centroamericana de Honduras. Hay una campaña internacional de recogida de firmas para pedir que se revoque esa invitación.
Puedes firmar en este link > www.petitiononline.com/13031953/ y, por favor, reenvia el mensaje a todos tus conocidos.
Por supuesto, si no les parece bien o no les da la gana aguantar mi abuso les invito a que eliminen este comentario y tan bloggeros como siempre.
Besitos mil para los tres
Una vez tuve un sueño de niño... Llegaba una bandada de cuervos y me trasladaban volando entre todos a un lugar desconocido para mí...
ResponderEliminarMe encerraban en un lugar con vitrina, me ponían una correa al cuello y la sujetaban a la pata de una mesa de camping, que extrañamente pesaba 10 toneladas (pude saberlo con exactitud porque tenía una etiqueta en la que se marcaba su peso).
Solo me daban para comer cocido, salchichas chisparritas, calderillo bejarano, morteruelo de cuenca y polvorones. Y para beber mosto.
Cientos de cuervos pasaban cada día por delante de la vitrina y lo que veían no dejaba indiferente a nadie: Algunos cuervos graznaban de risa,otros miraban con gesto de interés científico, otros con gesto de admiración mientras picoteaban su bol de palomitas. Otros graznaban de terror incluso en los graznidos de alguno de ellos comprendí que imploraban clemencia para mí.
Aquella mañana me desperté entre sudores con un hambre voraz. Bebí agua, y mientras decidía no volverme a acostar sin cenar, levanté la persiana del dormitorio, a la vez que un grupito de 6 gorriones salió volando de la barandilla del balcón.
Inquietante...
Leyendo esta última entrada, esta vez me he quedado sin palomitas que poder echarme a la boca. Ustedes no se conocieron en un concurso de microrrelatos, ¿verdad?
ResponderEliminarNo, yo no concurso... soy así!! Lo que pasa es que recientemente he descubierto lo medianamente bien que se me da escribir chorradas.
ResponderEliminarAunque un cuervo me ha susurrado que la gerencia va a plantear la posibilidad de que los visitantes de cuervolandia puedan participar en algo parecido a un concurso.
A ver si se estiran...
Creo que me he explicado mal, me refería al último post publicado por la gerencia en el especial aniversario.
ResponderEliminarHablando de lo cual, tu relato me ha parecido cautivador. Un saludo a todos.
Bueno, si es que siempre peco de lo mismo...
ResponderEliminarYa lo decía mi tío: Excusatio non petita, acusatio manifesta.
En cualquier caso, perdonemos a los gerentes por que haya salido el relato un poco largo, que un aniversario es un aniversario....
Besitos
Feliz Navidad guapísimos!!!
ResponderEliminarQue en cuervolandia todo sea más que fiesta en esta noche, y que la zarzaparrilla no falte!!!
Alegría, paz y felicidad!!!
Muchos besitossss
Amigoimaginario: Como bien ha dicho Palomitera, tu sueño córvido sin duda es cautivador.
ResponderEliminarColeccionamos sinopsis y oxidados daguerrotipos de sueños infantiles. Anímense, por favor.
Tumejoramig@: Gracias por venir en Nochebuena a dejarnos como aguinaldo unas palabras tan dulces (aún las estamos saboreando ^^)
Y por supuesto, te deseamos lo mismo a ti y a tod@s l@s demás. Felices fiestas!
Diáfana: De eliminar nada, que lo vea todo el mundo para mayor oprobio del individuo y se vaya a hacer 'performances' con las uñas de sus pies.
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