Segunda edición de esta sección dedicada a los relatos de todos ustedes, gerentes en el exilio disfrazados de personas normales. De otra manera, no podrían concebir nuevas páginas de este su desvencijado parque con semejante naturalidad y, sí, digámoslo ya pues es evidente, talla moral e intelectual. Es algo que nos hinche de orgullo, no de sorpresa, empero, pues sabemos que ustedes son nobles, poderosos y granguinolescos. Mas, ¡cesen los introitos y ábranse ya las compuertas de esta nueva atracción! Limonessa del ilusorio es la responsable y por ella los cuervos vuelan en círculos hoy sobre nuestras cabezas. Gracias, amiga.
Había sido un año enormemente productivo para Cristóbal. Y es que, estar enamorado de la mujer del abrigo gris era inspirador para él. Bien es cierto, que no todos sus inventos fructificaron. Por ejemplo “El extractor de problemas a presión con mangos de colores” tenía un defecto en la resistencia del material que debía hacer fuerza para la extracción. Ese defecto nunca pudo ser corregido. Lo mismo ocurrió con “La destructora de las preocupaciones”. Sin embargo con “El saquito contenedor de sensaciones agradables” consiguió alzarse con el premio nacional al Inventor del Año (prestigioso premio concedido por la revista Geniality). El jurado valoró la originalidad, la eficacia en la conducción del bienestar, la portabilidad del saquito y la utilidad general de la creación.
Desconocemos la suerte de Cubero ya que los recorridos de la atracción son confidenciales. Lo que sí sabemos es que Lupiáñez ha presentado una solicitud formal para usar la atracción como terapia con neuróticos. Cristóbal ya ha advertido que no admitirá al agresor de Berlusconi ni a otros casos dudosos de mal rollo o de gran impacto mediático. No aspira a la fama. Todo lo contrario de su medidor de estabilidad emocional que ya ha confirmado que había concedido una entrevista a Kyle Mirandilla. (Kyle, por razones desconocidas, muestra un interés desmedido en entrevistar al insuflador de óxido de nitrógeno).
Bien, y los demás ¿a qué esperan? Si creen que Cuervolandia no es digna de ese nombre hasta que no escriban ustedes sobre ella (y creen bien), hágannos llegar sus textos a la dirección de nunca: cuervosdelmundo@yahoo.es