'Gran diosa del volcán: sé testigo,
con tu ardiente ojo, de mi magnificencia'
Cuarta parte de esta rompedora saga. La hilandera que maneja con soltura las tijeras les grita "¡más garbo!" a sus dos hermanas. Su nervuda y ávida mano está deseando realizar el trabajo que le corresponde. No es menos importante que el de las otras, pero sí el menos valorado por esos hilillos egoístas, de mil colores, que se lían continuamente. Ya llegan a ella, ya falta poco... Así debe ser...
Cuervolandiaaa
El hombre
musculoso vestido de arlequín escribía con una pluma de ave en un
enigmático diario, al tiempo que con su mano libre apuraba una copa de
coñac pequeña llena de brandy con anís, mezclados en iguales
proporciones. Tras meterse el lingotazo entre pecho y espalda, se secó
con cuidado una lágrima de la mejilla, cerró el libro, pagó y abandonó
el local diciendo:
-Hasta pronto, Irving.
Quintanaurría le sonrió y se despidió con la mano.
-Hasta pronto, Paco.
En
otro momento y lugar, este hecho que comento me habría parecido
extraño, surrealista y bizarro, pero lo cierto es que no estábamos en
otro momento y yo llevaba cinco horas conduciendo por carreteras que no
vienen en ningún GPS, siguiendo la dirección marcada por el péndulo de
cuarzo verde de Quintanaurría hasta que las carreteras se conviritieron
en caminos, los caminos en senderos, los senderos en cañadas y las
cañadas en páramos, hasta llegar a ese misterioso bar abierto a las tres
de la mañana que señalaba la entrada al misterioso y bello desierto de
los Monegros.
Irving se fue a dormir al coche,
pues dijo que mañana sería un día duro. Faltaban 12 horas para mi
presunto asesinato a las 15:28 y, como es lógico, yo no tenía sus ganas
de dormir, dado que mis pensamientos se arracimaban en mi cabeza a
velocidad acelerada y mis párpados se negaban a abrazarse a pesar de mi
evidente cansancio.
Para calmar mi ansiedad,
abrí mi dossier sobre los crímenes de la Conjunción letal y posé mi
vista en el caso número uno, la primera víctima encontrada: Marcelo
Cedrón Panikoulas, un Arousano con raíces cretenses que regentaba una
próspera quesería.
Una persona en apariencia anodina y cuya vida era
completamente normal, salvo por dos pruebas encontradas en el registro de
su domicilio que no encajaban con la imagen de ciudadano común que pretendía proyectar. La primera y más importante es que Marcelo
figuraba en los registros de la policía como comprador del arma que fue
usada para su propio asesinato y para los que acontecieron en los meses
posteriores; y la segunda la tenía ahora mismo en mi mano y era un
pequeño libro, con encuadernación de lujo en piel y oro, que se podría
considerar una rara pieza de coleccionista.
El
libro, titulado Antiguas leyendas del Momotombo, no constituía una
prueba de por sí; simplemente era el libro que la víctima tenía en su
mesilla de noche y, por muy exhaustivas que sean las investigaciones,
los policías no solemos leernos las bibliotecas de los escenarios del
crimen. Sin embargo, la rareza del ejemplar despertó mi curiosidad e hizo
que lo guardara en el dossier para estudiarlo más tarde. Mi insomnio
decidió que era un tema suficientemente aburrido como para intentar
anestesiarme con él y lo abrí por el punto de lectura que tenía marcado
el Sr. Cedrón.
La leyenda del volcán Massaya:
Una
tradición oral de los indios Chorotega cuenta que el Rey Nangue estaba
casado con una bellísima princesa de la tribu vecina, la joven Niyujui. Tenía una larga melena y unos preciosos ojos verdes que eran únicos en
su tribu. El rey, como muchos hombres poderosos, confundía amor con
posesión y sentía unos celos tremendos de su hermosa mujer.
Por
desgracia para todo el reino, esos celos no carecían de fundamento.
En
efecto, la princesa Niyujui de claros ojos y sedosos cabellos amaba a
otra persona y era correspondida. El objeto de sus amores era nada menos
que Nequepio, la hermosa hermana del rey, famosa en todo el país por su
extraordinaria elocuencia y sus artes de hechicería.
Un
día pasó lo inevitable: el rey encontró a su mujer y a su amante
entregadas a la pasión en un claro de la selva, vestidas tan solo con la
luz de la luna y, loco de dolor y celos, decidió castigar a las adúlteras
de la única manera posible, sacrificándolas a la diosa del fuego
Chaciutique, tirándolas al interior del volcán Massaya.
En
el momento del sacrificio, Nequepio conjuró a la diosa para que la
mantuviera siempre unida a su amada en el otro mundo. Zafándose de los
sacerdotes, se abrazó a Niyujui y se abalanzaron ambas sobre el cráter.
Compadecida
de su amor y enfadada por la reacción del rey, la diosa Chaciutique
hizo que el volcán entrara en erupción durante tres días. Cuando al fin
se enfrió, los Chorotegas encontraron entre las cenizas una piedra de
cuarzo verde como los ojos de la bella Niyujui, y se la llevaron al rey.
El Rey Nangue, al verla, reconoció el hechizo de su hermana y, enloquecido, arrojó violentamente la piedra contra una roca que había en el centro
del pueblo. El cuarzo se partió en dos y de la roca empezó a brotar una
fuente de agua salada por las lágrimas de las amantes separadas.
El Rey Nangue lanzó una parte del cuarzo al océano Pacífico y la otra
parte al Atlántico, en la tierra de los Mískitos, para que las que le
traicionaron nunca pudieran volver a verse.
Desde
entonces, cuenta la leyenda que ambas piezas de cuarzo viajan por el
mundo buscándose una a la otra y se guían mutuamente, cambiando los
destinos de quienes las portan...
Tras leer este
libro, mi mente empezó a atar cabos. Miré quién lo había escrito
y vi que era obra de Angélica Pinni Lestrade, la víctima número 6, pero
el libro había sido impreso en la imprenta de Jesús Cortezo, que fue la
víctima número 3, y el ISBN pertenece a Ediciones Fernández-Mildavia, la número 4... La leyenda se desarrolla en Nicaragua, lugar de origen
de Itziar Montero Arróstegui….
Quintanaurría me despertó y miré el reloj: eran las seis.
-¿Ha descansado?
Yo asentí.
-Vamos, ahora toca caminar…
Pagué y dejé propina a la enigmática camarera, que me miraba de manera muy fija con sus ojos verdes. Al recibirla, me dijo:
-Muchas gracias… Hasta muy pronto.
CONTINUARÁ
Vivo sin vivir en mí desde que este thriller leí...Acudirá Frodomir de los Verdes Montes en ayuda del Inspector Lucas para destruir el Péndulo No Único? Es la enigmática camarera la reencarnación de Niyujui o se debe su misteriora mirada a un leve bizquera congénita?. Conmino al Gerente creador de esta historia a no resistirse más y dejarse llevar por los brazos inspiradores de las Musas de Cuervolandia, mandando sutilmente al carallo cualquier otra ocupación que pudiera distraerle un ápice de su misión en esta vida: llegar al fondo del asunto, al cénit de la cuestión, al esclarecimiento de un misterio tan lustroso como adictivo.
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EliminarEstimade Chilindrotes:
EliminarLa gerencia se congratula de tener leyentes tan maravillosos como vd. Lamentablemente no podemos adelantar nada del final de la historia a riesgo de lápidación por espoiler, pero sí podemos decir que los cerebros de la gerencia se exprimen hasta la última gota como si fueran limones para el zumo de un avaro y trabajan sin descanso para que no queden cabos sueltos en el capítulo final que saldrá el 30 de enero!!
Un fortísimo abrazo y no se olvide de canjear sus cuervofichas en nuestro parque.
Hola, soy la señora de Eloy Buján, operario de la atracción "La cámara gravitatoria" de Cuervolandia.
ResponderEliminarTras haber casi completado un itinerario formativo costeado por los gerentes del parque, mi marido ha ido aceptando con mayor naturalidad que el amor es entre personas y no necesariamente entre sexos.
Por eso, estando en la última fase de su terapia, me ha pedido que, en su nombre, manifestase su aprobación al amor maldito de hace siglos entre estas dos indígenas adúlteras.
PS: Me consta que alguno de los gerentes de Cuervolandia también está haciendo el curso de marras. Y que es recomendable realizar sesiones para refrescar la materia cada cierto tiempo, porque en abrir la mente a la naturaleza humana nunca se alcanza la maestría.
Querida Señora:
EliminarCómo nos agrada que el dinero que los gerentes sacamos de la nómina de su marido para invertir en formación esté dando tan buenos resultados. El amor como ya sabían los precolombinos es en realidad una comunión entre almas, y sea entre animales vegetales o incluso minerales, la fuerza cósmica que el amor representa se puede refugiar en cosas tan terrenas como el cuarzo y sus derivados. Todo fluye en un eterno baile al son de las ondas gravitatorias. Así termino diciendo a viva voz ¡Viva el amor! pero no como una exclamación vacía sino como un imperativo vital.
¡Nos veremos muy pronto!