'Ceni-0' '¡¡ Shudastéeeeeei_Marciaaaaaaall !!'
I.- La pasión de Julito Fontevalero por la ecología le llevó a convertirse en el más joven administrativo que la ONG SALVEMOS AL MOSQUITERO SILBADOR hubiera conocido. No le molestaba en absoluto mecanografiar interminables comunicados, archivar pesados expedientes sobre impacto ambiental o gestionar la batiburrónica agenda de sus superiores con increíble diligencia. Pero desde hace unas horas el brillo en los ojillos picarones de Julito tiene un temblor inusual. Es época de congreso dentro de Salvemos al Mosquitero Silbador y Julito está siendo amonestado por su jefe por haber firmado un manifiesto para que eliminen los componentes mas sintéticos de los piensos para cuervos. "No dudamos de su buena voluntad al firmar, ni del valioso mensaje que el manifiesto dice defender, pero este manifiesto lo promueve el sector crítico de nuestra ONG, y no es más que fachada propagandística de cara al congreso. Los ánimos están muy cargados. Los gurús se ponen nerviosos y es posible que rueden cabezas... Sea inteligente Sr. Fontevalero, se lo digo como jefe, como compañero y como mentor. Espero que no vuelva a repetirse". En la mente de Julito bullen cientos de reflexiones acerca de la realidad de la militancia ecologista de nuestros días, pero solo una frase se destaca sobre las demás, precedida de una intro de guitarra eléctrica "Should I Stay or Should I Go"
II.- Cuervohotel: En la Suite 215 Sueños Bávaros, mientras la luna turca ilumina levemente la colcha beige de la mesa camilla, una señorita de manos enmitonadas apura su purito Dux con sus temblorosos labios. Lo apaga en un extrañamente exquisito cenicero con forma de coche de carreras de los años 20 en cuyo fondo se escenifica la caza del zorro. Aprovecha la exhalación del humo para permitirse un desconsolado suspiro mientras trata de revivir en su mente los últimos momentos de felicidad real que ha vivido en esa misma habitación. Desea que él aparezca a rondarla, o que abra apasionadamente la puerta y le pida que se quede. Pero mientras las lágrimas resbalan por sus mejillas para ir a caer a su copa de Brandy se da cuenta de que ese momento no debe producirse nunca. Que ella está en Cuervolandia con un cometido mucho más puro que la simple pasión carnal. Se da cuenta que nunca debió quitarse su abrigo gris y de que lo mejor es que él no llegue nunca, que él dedique su amor a otra, puesto que ella debe estar preparada para lo que tiene que hacer. Las dudas amartillan su cerebro. ¿Es que no ha aprendido nada desde su infancia sobre la felicidad propia y la de los otros? o ¿Es que le asusta la misión, la revelación que debe transmitir al mundo desde esta maravilla del mundo en forma de parque de atracciones? ¿Acaso estaba buscando un compañero, un cómplice en su tarea, o por el contrario solo buscaba una excusa para retrasarse en su cometido? Dándole un sorbo a su brandy, sus dudas se resumen en forma de canción: "Should I Stay or Should I Go".
III.- En la Cola de la cuervonoria, Serafín, un infante de espera con sus padres el día de su 10º cumpleaños. Han hecho un gran esfuerzo viniendo aquí. El contar los 10.000 pasos que te traen a Cuervolandia resulta complicado a los 10 años, pero al fin lo han logrado. Su padre le sonríe y le dice "¿te has dado cuenta el sonidito que hacen los mecanismos al rozar unos con otros? Tiene un ritmo muy bailable, ¿verdad hijo?" Serafín, ya algo cansado de esperar trata de entusiasmarse, pero lo cierto es que le aprietan los zapatos y tiene unas ganas locas de hacer pis. Piensa en que justamente el conocer a gente en la cola es uno de los grandes atractivos de la cuervonoria... Busca con su mirada y justo delante, otro niño que juega con su cuervovisera a modo de tirachinas, le mira y le saca la lengua. "Este niño es tonto", piensa Serafín, mientras recuerda una canción que escuchó días atrás en el Radiola de su hermano mayor..."Chudastei ochudagou"
IV.- El Campeonato que Cuervolandia ha promovido para los usuarios de la nueva versión On-line de la petanca para la PS3 está a punto de comenzar. Salvador "sweet" Fresneda, jugador aficionado, ha reunido durante meses a un equipo de jugadores para hacerse con el campeonato. Pero en una extraña estrategia de márketing, el departamento de desarrollo multimedia ha sacado un nuevo producto a la luz. Lo último en gráficos, efectos especiales, y lucha. Con un argumento demoledor y un trasfondo histórico trabajadísimo... "Savage Kiwi Samurai, Honor y Pasión". En este juego el protagonista, un Kiwi samurai, debe rescatar a su amada, la hija del herrero, de las pinzas del malvado Bogavante Sakuro, que la ha secuestrado con el fin de extorsionar al herrero para que le fabrique armas y así invadir el Japón medieval de las frutas con su ejército de terroríficas gambas ninja. "Sweet" no puede creerselo... No puede permitirse pagar dos juegos a la vez y siente que está traicionando a sus compañeros de Petanca On-line, pero mientras trata de resistirse las ganas por teclear el número de su tarjeta de crédito para comprar Savage Kiwi, una canción suena en su disco de versiones de Alvin y las Ardillas: "Should I Stay or Should I Go"
"Siempre estoy buscando la forma de arruinar cualquier momento hermoso, y es algo tan interno que no creo que nadie se haya dado cuenta. Pero sostengo una batalla con ello desde niña". Penélope Cruz